Quiero compartirles un artículo de una invitada mía: Heidi Rangel. Ella es psicoterapeuta, madre trabajadora y emprendedora con más de 20 años de experiencia en el ramo, y además será mi invitada una vez al mes, nos enriquecerá con temas maravillosos y de gran interés. Les dejo el primero de muchos!!
Saludos y gracias por leer!
Aprendamos de los niños y hagamos los espacios divertidos
Hace unos días, vino un querido amigo a visitarme con sus hijos. El más pequeño, de 5 años, entró a mi consultorio en donde había jugado hacía tiempo. Lo primero que dijo fue: «Este cuarto era más divertido antes!»
Esto es algo que no me gusta escuchar porque también tiene que ver conmigo! Es que antes era yo más divertida? No puedo darme el lujo de descuidarme en ese aspecto!
Entré en él una vez que se hubieron ido y me dije: «Es cierto!» Qué puedo hacer para renovarlo y a la vez, volverme más divertida yo misma? De qué manera puedo volverme más creativa en éste sentido?
He aquí unas de las cosas que hice:
1.- Compré crayones y un cuaderno de colorear e intencionalmente pinté afuera de las figuras y de los márgenes. Escribí en los márgenes. Esto es con la intención de romper las reglas y sentir que estoy trabajando «fuera del cuadrado». Este es un ejercicio que nos ayuda a innovar.
2.- Dediqué tiempo a pensar en lo que me gustaba hacer de niña. Los colores que me gustaban, la ropa, los juegos, las actividades, los juguetes y mis sueños de niña. ¿Cuáles de esos elementos de mi infancia siguen estando presentes en mi vida diaria ahora?
3.- Los niños son creadores naturales con su cuerpo. Ellos quieren correr, jugar, brincar, bailar y perseguir luciérnagas en la noche, no se cuestionan si les gustan sus cuerpos hasta que se dejan influenciar por los grupos de amigos y los juicios que hacen de su imagen. Para entonces, a la mayoría se le olvida estar en contacto con la naturaleza y se olvidan de cuánto les gustaba estar al aire libre! Me llevé a uno de mis pacientitos a un brincolín y renté media hora y brincamos los dos!
4.- Tomé mis colores y pensé en una meta que quiero lograr en mi vida e hice un dibujo de ella. Pinté como si fuera una niña(o), no importando cómo me salga. Esto no se trata de si eres una artista sino de representar tu visión en una forma divertida y libre. Cuando la terminé, la pegué en mi refrigerador!
5.- Recorté revistas con imágenes que me hubieran gustado en la infancia e hice pequeñas tarjetitas para entregar a mis amigas(os) o familiares. Este puede ser un proyecto a más largo plazo, en donde vas conectando con todo lo que te gustaba! Puedes formar toda una serie de cartas, que puedes guardar para sacarlas de vez en cuando y que te recuerden lo que te hace feliz.
6.- Recorrí todo el espacio donde vivo y revisé si hay un lugar acogedor para niños(as) en el que siempre se sientan a gusto y con ganas de estar ahí.
7.- No pierdas la oportunidad de jugar con niños cuando están alrededor tuyo, hasta los dos años, están íntimamente conectados con la fuente de Dios, que es su Divina Presencia. Con el proceso de socialización se van desconectando de esa conexión pura.
8.- En el lugar en donde tengo libros en mi mesa de la sala, coloqué un libro para niños.
9.- Salí a caminar y traté de ver todo con los ojos curiosos de los niños. Los perros que juegan, las hormigas que van a sus hormigueros, como dijo una vez mi sobrino de 6 años: «Estas hormigas, sí que están muy bien organizadas!!!»
10.- Traté de escribir mi lista de prioridades para la semana próxima con la mano izquierda, si es que eres derecha y viceversa si eres zurda(o)!
Ahora solamente necesito que venga nuevamente mi amiguito de 5 años para que me diga si ya le gusta otra vez!!!
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