Archivo | Parto RSS feed for this section

El papel del papá en el parto

18 Dic

Llevo más de 3 años en esto de la maternidad, de la preparación al parto, de los blogs de crianza, apego, lactancia, parto… y generalmente siempre se habla del rol de la madre, de la fuerza femenina, de la violencia obstétrica, etc. Pero en realidad pocas veces he leído del importantísimo papel del papá y por esto quiero dar mi punto de vista.

Cuando entré a mi carrera – no se si ya les había comentado esto – yo quería ser ginecóloga, era mi sueño! Tuve eso en mente hasta que me tocó ser quien recibiera al bebé. Fui pasante en una clínica del seguro (IMSS), estaba yo en 6to semestre (si mal no recuerdo) y estuve un mes de «preguardias» en un hospital donde me «enseñaron» en práctica a recibir bebés. Es la típica escena que uno ve hasta en películas, la mujer acostada, en silla ginecológica, la luz muy fuerte, el anestesiólogo, ginecólogo, pediatra, enfermera (o en defecto de todo ello, los internos y pasantes en caso de hospitales de gobierno), pero más importante: la mamá sola!! Y bueno, qué decir que cuando nace el bebé, se lo lleva el pediatra, le hacen todo lo que le «tienen» que hacer, se lo enseñan a la mamá y lo dejan en cunero, solito.

¿Qué hizo esto en mi vida? Me quitó todas las ganas de ser ginecóloga. Algo se rompió en mi, no supe qué, hasta después, ya que me tocó ser la mamá entendí que el quitarle a una mamá a su bebé es algo que no va conmigo, y ver a una mamá sola parir a un bebé (entiéndase sola= sin su pareja) tampoco!

Me parece importante destacar aquí que el papel del papá debe ser de pilar, de estar, de apoyo incondicional, entregado, compañero y amor para su pareja cuando éstos, a su vez, están recibiendo a su bebé, JUNTOS ya que juntos lo procrearon, juntos deben recibirlo. El papá otorga fuerza, paz, compañía a la madre. Le da confianza a ella y a él le regala lo más preciado: admiración por su pareja de su capacidad de dar vida. Nunca volverá a ver a esa mujer igual. Habrá una admiración por ella que es única. Que yo considero que se ha perdido y debe fortalecerse. Si un hombre no ve a su mujer parir, se pierde de esa admiración por ella que el día de mañana les dará fuerza para lo que les traerá la vida, para mantenerse juntos, criar a sus hijos y amarse más, por ellos, por su familia, por su pareja, por su unidad.

Papá en el parto

Papá en el parto

En la sociedad que vivimos, machista, falta que el hombre valore a la mujer. Creo que si todos los hombres vieran a sus bebés nacer y reconocieran la valentía de su mujer al parir (sin importar si es parto o cesárea), serían muy diferentes las relaciones de pareja, habría más amor entre ellos. Al parir estando tu pareja contigo se crea una complicidad que no se puede romper tan fácil.

Como ya les comenté, la semana pasada mi hermana se convirtió en mamá. Deberían de ver a su marido después del parto, la ve diferente, con admiración y con respeto que sólo esa experiencia le podría haber dado. No quiero decir que no la admirara ni amara antes, pero maduró, esa mirada es diferente, hay más complicidad, entrega y respeto mutuo.

¡Para mamá es necesario tener a ese pilar suyo en la vida, para papá es necesario verse nacer padre, convertirse en padre de esa criatura, verla a ella convertirse en mamá y saberse parte de ese proceso de convertirse en familia! (sin importar si es el primero, segundo, tercer bebé)

Papás: no se pierdan esa experiencia.

Mamás: déjense acompañar.

¿Qué opinan?

Gracias por leer

Mi hermana es una madre!

17 Dic

Pues sí, así mero, no en mal sentido de la frase sino en el mejor sentido habido y por haber: se convirtió en madre!! El día 12 del 12 a las 12:12 llegó al mundo Luciano, su primer hijo y mi primer sobrino carnal.

No puedo expresar lo que esto ha significado para la familia. Es un momento mágico la llegada de otro bebé a casa (el mío llegó hace apenas 4 meses también!!). Ellos siempre renuevan y hacen crecer corazones. Cada uno se forja un espacio único y especial en el corazón de cada miembro de la familia. A mi, me convirtió en tía! (mi nena convirtió a todos mis hermanos en tíos y a mis papás en abuelos). Qué emoción me da!

Mi hermana es ahora una madre en toda la extensión de la palabra, entregada a su bebé, dedicada a él, preocupada por su bienestar, porque él siempre sepa lo mucho que lo ama… una transformación que no me hubiera imaginado jamás en tan poco tiempo y menos a su edad (22). Es una madre hermosa, mujer, esposa y hermana, pero ahora más que todo es MADRE de un pequeño divino que vino a cambiar vidas.

Te felicito muñeca por como has recibido a este pequeñín en tu corazón! Por tu decisión de traerlo al mundo de la manera que tu consideraste la mejor, un excelente trabajo de parto, en agua, tener a tu bebé en alojamiento conjunto y una lactancia entregada! Todo esto habla de tu compromiso como madre, del amor que pones a tu hijo anteponiendo tu propio miedo. Eres muy valiente. Muy admirable. Felicidades otra vez!pao y luciano

Déjame parir!

21 Ago

Hace ya mucho tiempo que no me doy un espacio para poder escribir… entre ser doctora, madre, esposa, empresaria… hay veces que es difícil poder ser y tener un espacio propio. Pero ahora aquí estoy porque creo que es importante compartir esta nueva experiencia en mi vida.

Hace poco más de 48 horas me convertí en mamá por segunda vez!!! Recibimos en la familia un hermoso niño y de ésto se trata mi relato hoy… de éste parto y el anterior…

Cuando me enteré que estaba embarazada por primera vez, recuerdo que mi primer pensamiento fue «quiero parto en agua» y no descansé hasta que encontré un médico con el cual vibrara yo, que supiera entender lo que yo quería y así conocí a José Luis y todo su maravilloso equipo. Ese embarazo fue muy diferente al segundo. Durante ese embarazo no trabajaba, le dedicaba mucho tiempo a leer cosas relacionadas con parto, crianza con apego, lactancia, yoga para embarazadas, curso psicoprofiláctico, etc… Éste embarazo fue tan diferente: trabajé hasta que me dieron mi incapacidad (42 días antes de la fecha probable de parto), no hice yoga para embarazadas, no tomé el curso psicoprofiláctico, no me di tiempo casi de nada porque no tenía ese tiempo!

Mi primer parto lo planeé cuidadosamente, quería que fuera en agua, en mi casa, con velas, flores, pan de plátano recién hecho, música especial… total, no dejé una sola cosa al «ahí se va!»… y dicen que si quieres hacer reír a Dios, le cuentes tus planes… no fue como yo quería… después de un trabajo de parto en la tina, hubo algunas cuestiones que me obligaron a salirme de la tina y posteriormente a irme al hospital para que me pudieran bloquear y ayudarme a sacar a mi nena. Recuerdo que cuando terminó mi parto le dije a mi doula «Moni, no lo logré» con lágrimas en los ojos. Me sentí muy triste de no poder realizar mi sueño de traer a mi nena al mundo en un parto dócil, en agua, con el menor sufrimiento de transición para ella.

Recuerdo que me preguntaba mucho porqué no había podido dejar a mi cuerpo parir como se debe, qué había bloqueado mi sabiduría interna de mujer, qué había hecho que mi miedo fuera más fuerte que mi voluntad. Culpé mi a mi entrenamiento de doctora, culpé a mi sociedad, el que mi mamá no hubiera podido parir y todos hubiéramos tenido que ser cesárea, culpé a mi útero por no contraerse apropiadamente… hasta que me di cuenta de que era miedo. No me dejé parir por miedo. Miedo a romper muchos esquemas que estaban incrustados en mi mente, miedo al dolor, a que por mi terquedad de querer un parto en agua no estuviera yo viendo los riesgos que ésto implicaba para mi y mi bebé… tantas cosas!

Ésta vez decidí trabajar sólo en eso. En mis creencias limitantes, y ésto es lo que pasó:

Fui el jueves de la semana pasada a mi chequeo de la frecuencia cardiaca fetal, acababa de ir al ultrasonido para revisar que la placenta y líquido amniótico estuvieran bien, donde me enteré que estaban de maravilla! Eso me tranquilizó y me resigné a seguir con mi panzota un poco más de tiempo. Mi gine me preguntó que cuándo nacería el bebé y yo, que siempre supe la respuesta, le dije «el sábado» (sin especificar qué sábado, pero muy segura que sería sábado!). Me sorprendí a mi misma de mi seguridad en la respuesta! Ahí dije «debo dejar a mi cuerpo ejercer su propia sabiduría, así que si me dice que será en sábado, así será y tengo que confiar en eso».

El viernes fue un día normal, comida en casa de mi mamá, rica plática con la familia, nos regresamos a la casa finalmente a la rutina de siempre, darle de cenar a la nena, bañarla y acostarla. Mis contracciones de Braxton Hicks habían estado como siempre, así que yo estaba tranquila. A las 3:20 am me despertó una contracción más fuerte de lo normal. Desperté a mi marido y decidimos esperar un par de contracciones más. Me preguntó mi marido si ya era hora. Yo estaba asustada porque no me sentía preparada como la primera vez! Pero una vez más decidí dejar que mi cuerpo respondiera y sólo dije «Si te dijera que no, estaría en negación» así que nos preparamos ya para irnos al hospital. Llegamos y todo estaba listo, el equipo médico, con lo que me sentí tranquila. Por como me sentí me dijeron que ya era hora de meterme a la tina, si así quería yo (eran las 5 am), así que decidí que sí. Las contracciones disminuyeron un poco, pero fueron acrecentándose haciéndome incluso pedir un par de veces que ya me hicieran cesárea! no quería más dolor! jajaja Gracias a Dios no me hicieron caso! Mi marido no me vio lo suficientemente convencida y sabía que me arrepentiría después si en ese momento cedía. Estuve viendo el reloj cada ratito, lo cual hacía que el tiempo pasara más lento. Quería yo controlar las cosas, le preguntaba a todos que si no sabían como cuánto faltaba y la respuesta era «lo necesario!» , así que entendí que debía dejar de controlar todo. Cada contracción, mi doula me decía «abre, deja fluir», así que lo único en mi mente era visualizar cómo debía abrir para dejar fluir. Eso me ayudó muchísimo! Dejarle el control a mi cuerpo. Cuando me revisaron por primera vez (y única), mi dilatación era de 8-9 (ya casi!! el objetivo es 10!!) y me di cuenta de que debía dejarme parir a mi misma, ya no ver el reloj, ya no intentar controlar, sólo visualizar la sabiduría de mi cuerpo… es difícil hacerlo aunque ya hayas tomado la decisión, hay que romper muchos esquemas…No volví a preocuparme (ni me acordé) por el impedimento de parir a mi niña por el dolor de mi útero de la vez pasada, no volví a considerar bloqueo ni cesárea ni nada, sólo dejar fluir, dejarme parir!

Puedo concluir que a partir de ese momento el tiempo pasó rápido, empezaron las contracciones más efectivas y por fin apareció mi muchachote, un hermoso niño de 4.3 kilos, cabezón, que a los 2 minutos ya estaba comiendo mientras nos manteníamos unidos por el cordón umbilical todavía, hasta que éste dejó de latir. Cuando llegó el momento de cortar el cordón, su papá lo hizo y yo estaba muy consciente de que ese sería el último momento en el que estaríamos así de unidos, por un lazo por el que lo mantuve con vida los últimos meses… Agradecí muchísimo esa oportunidad de verle a los ojos y decirle «TE AMO» mientras nos separaban. Algo que no pude hacer la vez pasada y si hubiera sido cesárea, menos hubiera podido!!!

pablo

A las pocas horas de haber parido, tomé un baño y preparamos a nuestro niño para regresar a casa con la princesa y estar en familia.

Al principio me sentía molida, como si me hubieran atropellado! Dormí muy poco, pero de todos modos me sentía bien. Ya incluso hoy, 48 horas posteriores al parto, me siento al 95%! Todavía tengo entuertos, pero ya muy pocos, ya bajó la leche y me siento más feliz que nunca de haber podido realizar la hazaña de parir, sin anestesia, sin prejuicios, sin miedos, sin limitantes mías ni de nadie!

¿Qué es el test de APGAR que se les practica a los recién nacidos?

25 Ago

El APGAR es una escala que se practica al bebé cuando acaba de nacer. El objetivo es valorar si se encuentra en adecuado estado o necesita ser reanimado.

Los parámetros que se utilizan van desde 2 puntos hasta 0 y el objetivo es llegar a 10 (o lo más cercano). Una puntuación de 7 a 10 se considera normal o adecuada, de 4 a 7 se requieren medidas mediatas resucitativas y menos de 4 necesitan medidas inmediatas y más radicales.

El APGAR se valora al momento de nacer y 10 minutos después, por eso generalmente nos dicen que nuestro bebé obtuvo 9-9, o 7-9, o 4-8 o algún valor acompañado de otro más… el inicial es de la primera valoración y la segunda es de 10 minutos después.

Los parámetros son los siguientes:

Señal 0 Puntos 1 Punto 2 Puntos

A

Actividad (movimientos) Nada o débil Escasos Movimientos activos

P

Pulso (frecuencia cardiaca) Ninguna Menos de 100 Más de 100

G

Llanto (irritabilidad refleja) Ninguna Mueca, lloriqueos Llanto vigoroso

A

Aspecto (color de la piel) Pálido o azul Cuerpo rosado, miembros pálidos Rosado, todo el cuerpo

R

Respiración Nula Lenta, irregular Llanto fuerte
Éstos parámetros generalmente se miden teniendo al bebé en una fuente de calor, pero en el parto humanizado, respetado, no se le da la misma importancia a la exactitud de los mismos, claro que se toman y se actúa en caso necesario, pero es realizado estando en brazos de mamá, y muchas veces no hay llanto, pero el bebé está alerta y buscando mamar. La fuente de calor no es necesaria debido a que mamá proporciona el calor necesario al bebé quien es incapaz de mantener su temperatura sus primeros momentos de vida.
El color de la piel es generalmente el parámetro que hace que los bebés nunca tengan un 10 de valoración inicial pues nacen rosaditos del cuerpo y con los miembros pálidos.
Es parte de la crianza con apego el respetar estos momentos mamá bebé en que se están conociendo! Y se remata el paquete con alojamiento conjunto ya que después de nacer y realizarle el APGAR en brazos de mamá, se van juntos al cuarto para no separarse e iniciar una adecuada lactancia (muchas veces desde el momento de la valoración).
Ojo, no estoy quitándole su importancia al APGAR, simplemente lo recomiendo más humano, más respetado el momento mamá-bebé!
Gracias por leer!

Parto humanizado

13 Ago

«Porqué elegí un parto humanizado? y siendo médico??» Es una pregunta muy frecuente cuando la gente se entera de la manera en que nació mi bebé…

Parece ser muy lógico que yo, al conocer bien todo el sistema de salud y los procedimientos que se llevan a cabo cuando nace un bebé, hubiera elegido un parto vaginal tradicional o una cesárea. Pero creo que precisamente porque los conozco es que los rechacé!

Qué es lo que rechazo? El que la medicina tradicional ha tratado de enmudecer que la mamá, el papá y el bebé son las partes centrales de la ecuación, que tienen un proceso que hay que respetarles, que la naturaleza sabe qué hacer y que hay que saber escuchar cuando nos habla para guiarnos a través de la sabiduría milenaria que viene dentro de nosotros. Rechazo que en la ecuación de esta época, quien sea la parte central sea el equipo médico, sus horarios y sus explicaciones que muchas veces dejan a la mujer y al hombre más confundidos pero sin mayor ánimo de preguntar más.

«Porqué si uno trata de quitarle a una perrita o a una gatita a sus cachorros cuando nacen, ellas los protegen y nosotros como seres humanos «pensantes» dejamos que nos los quiten?» Esa frase me hizo mucho ruido cuando una doula nos la dijo en el curso psicoprofiláctico y me hizo pensar….

Realmente cuánto saben las mujeres del porqué el trato a sus bebés cuando nacen? realmente saben lo que deberían pedir/exigir al ginecólogo y pediatra? Creo que muchas mujeres no lo piden porque no saben que es lo que pasará. Creo que muchos médicos realmente no saben el porqué de sus actos, simplemente lo aprendieron en la carrera pero nunca se pusieron a pensar el porqué o el origen de las maniobras a realizar… al menos conozco a más de uno que así es…

El parto humanizado consiste en lo siguiente:

Tratar a mamá, papá y bebé como la parte central del momento, adaptarse a SUS necesidades, tiempos, gustos, deseos…

Respetar el proceso mamá-bebé a la hora del parto, respetar el lugar donde mamá quiere parir, la gente con la que quiere estar, el ambiente que quiere tener a su alrededor.

Respetar no pinzar el cordón hasta que deje de latir para que el bebé pueda adaptarse a su vida extrauterina.

Respetar que conozca a mamá y se pegue lo más pronto posible al pecho.

Respetar que no haya uso de drogas a menos que sean necesarias.

Respetar al bebé no separándolo de mamá bruscamente, siempre hablándole y explicándole lo que se le va a hacer, hacer contacto visual con él desde el primer momento.

Respetar el alojamiento conjunto, no utilizar cuneros.

Respetar la lactancia materna, no darles fórmula a los bebés!!

Incluso si es cesárea por causas realmente necesarias, respetar los puntos arriba mencionados, además de apagar las luces fuertes del quirófano y el aire acondicionado para que no sea un cambio tan brusco para el bebé.

Obvio son muchas más cosas, es un concepto muy amplio… pero lo iré mencionando en el camino!

Se que muchos de mis amigos gines y pediatras estarán en contra de lo que digo… pero lo viví, es posible y es hermoso!

Mamás: infórmense para que estén en buena posición de pedir lo que quieren, de saber el porqué de las cosas. Confíen en su cuerpo y en su bebé, en la sabiduría interna y en su fuerza de mujer!

Gracias por leer!